Galería

 
Julian Romero y su santo patrono.

El retratado aparece revestido con el habito de caballero de Santiago, arrodillado y orante. A su lado, de pie e igualmente elevando la mirada hacia lo alto, un caballero armado que, con dudas, puede ser reconocido con san Luis, rey de Francia, espejo en la epoca del soldado cristiano. En una de las caras del basamento puede leerse una inscripción que identifica al santiaguista como Julian Romero de Ibarrola, el de las Hazañas (ca. 1518-1578), un valeroso soldado que alcanzó primero el grado de capitan de los Tercios y luego el de maestre de campo, además de ser varias veces comendador de Santiago. Fue uno de los artifices del triunfo de Felipe II en San Quintin (1557), y participo en importantes campañas en Holanda, junto al duque de Alba, y en Italia. La inscripción mantiene un error importante sobre el personaje, pues le hace nacido en Antequera, Malaga, cuando el nacimiento de Julian Romero, de origenes paternos vizcainos, se produjo en Cuenca, de donde era su madre, Juana Romero, nacida en Huelamo, Cuenca. Debe pensarse por lo tanto que la inscripción es bastante posterior al retrato, concebida para ayudar a reconocer al valiente soldado, al tiempo que subrayaba los meritos de este y, por ende, los familiares. La pintura debio de concebirse para ser colocada en alguna capilla; quizá en la fundación trinitaria que hizo en Madrid la hija de Julian Romero con la finalidad de convertirla en capilla funeraria familiar. Sin embargo, en 1622 doña Francisca Romero rompio su relación con la fundación madrileña, pasando a estrechar vinculos con Toledo, concretamente con la parroquia de Santo Tome, donde su esposo tenia la casa familiar. Es obra que no presenta la estructura pictorica del Greco o su taller, resultando mas bien una secuela del estilo del cretense, aunque tal vez se realizo siguiendo un modelo salido del taller.


La rendición de Breda o Las lanzas.

El 5 de junio de 1625 Justino de Nassau, gobernador holandés de Breda, entregó las llaves de la ciudad a Ambrosio Spínola, general genovés al mando de los tercios de Flandes. La ciudad tenía una extraordinaria importancia estratégica, y fue uno de los lugares más disputados en la larga pugna que mantuvo la Monarquía Hispánica con las Provincias Unidas del Norte. Su toma tras un largo asedio se consideró un acontecimiento militar de primer orden, y como tal dio lugar a una copiosa producción escrita y figurativa, que tuvo por objeto enaltecer a los vencedores.
Como han señalado numerosos estudiosos, no estamos ante un cuadro bélico al uso, en el que se recrea la victoria y se fomenta una visión panegírica. No hay generales triunfantes y ejércitos humillados. El pintor no soslaya la realidad bélica, y nos presenta un fondo humeante que nos habla de destrucción, guerra y muerte. Pero concentra nuestra atención en un primer plano en el que el general vencedor recibe, casi afectuosamente, la llave del enemigo vencido, en un gesto que es casi más anuncio del principio de la paz que del final de una guerra.La interpretación que hace Velázquez del hecho de armas contaba con precedentes muy precisos. Tanto Hermann Hugo en su tratado histórico Obsidio bredana como Pedro Calderón en una comedia afrontan el tema desde perspectivas parecidas, insistiendo en la magnanimidad del general Spínola y de su ejército, que en vez de ensañarse con los vencidos los trataron como dignos rivales. De hecho en el drama El sitio de Breda de Calderón, de 1625, se describe el mismo acto que representa el cuadro, y en términos muy parecidos, como un acontecimiento casi amistoso. Pero ese contenido no responde sólo a un capricho del pintor o de quien decidió la decoración pictórica del salón, pues está directamente relacionado con la imagen que la monarquía quería proyectar de sí misma como una institución justa, que respetaba las leyes de la guerra y que, llegado el caso, era capaz de tratar con clemencia y magnanimidad al vencido. 
Visítalo de cerca.

Soldiers Arming Themselves (Soldados armándose).


Óleo sobre lienzo, 43,1 x 56,8 cm.

Artista: Duck, Jacob

Fecha: 1630s.

Minneapolis Institute of Arts.


A la izquierda, dos soldados atrapados en la Guerra de los Treinta Años se están vistiendo, uno levanta una bandolera sobre su cabeza con varios cilindros colgando: cargas de pólvora que contienen pólvora para su mosquete. A la derecha, un soldado le hace cosquillas en la nariz a un compañero de combate que presumiblemente se ha desmayado después de vaciar el frasco cercano. El que hace cosquillas no se da cuenta de que le están robando el bolsillo. No muchos soldados holandeses realmente lucharon en la guerra, que asoló Europa central desde 1618 hasta 1648, sin embargo, las pinturas de estos soldados se hicieron muy populares.

La Guerra de los Treinta Años comenzó cuando el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Fernando II de Bohemia intentó restringir las actividades religiosas de sus súbditos. Sus súbditos protestantes se rebelaron y buscaron el apoyo de sus hermanos protestantes, incluidos los holandeses. La guerra terminó con una serie de tratados y el resultado fue un mapa religioso y político remodelado de Europa central.


Felipe II, rey de España, reprocha a Guillermo I, príncipe de Orange, en Vlissingen por su salida de los Países Bajos en 1559.


Óleo sobre lienzo, 270 x 200 cm.

Artista: Cornelis Kruseman.

Fecha: 1832.

Rijkmuseum, Nederland.


A su salida de los Países Bajos en 1559, Felipe II de España acusa a Guillermo de Orange de dirigir personalmente la resistencia contra el rey por parte de la nobleza. El acto tiene lugar en un embarcadero con el rey y su séquito a la izquierda y al fondo las velas de su navío. El rey agarra la mano del príncipe, mientras lo señala con el dedo. El príncipe se encuentra a la derecha con el sombrero en la mano, acompañado por su séquito. En primer plano, un soldado español está arrodillado sosteniendo una caja. A la izquierda dos niños y un perro.



The Dairy Cow: The Dutch Provinces, Revolting against the Spanish King Philip II, Are Led by Prince William of Orange, The States General Entreat Queen Elizabeth I for Aid.


Óleo sobre lienzo, 52 x 67 cm.

Artista: Anónimo.

Fecha: 1633-1639.

Rijkmuseum, Nederland.



La vaca lechera: Las provincias holandesas, que se rebelan contra el rey español Felipe II, son dirigidas por el príncipe Guillermo de Orange, los estados generales piden ayuda a la reina Isabel I.

Representación satírica sobre la posición política de los Países Bajos, probablemente después de una impresión inglesa desconocida. Los Países Bajos, simbolizados por una vaca, están montados por Felipe II, Rey de España. Isabel I, reina de Inglaterra, da comida y bebida a la vaca. Guillermo I, príncipe de Orange, se acuesta debajo de la vaca y bebe de la ubre mientras que al duque de Anjou se le permite sostener la cola de la vaca y se tira un pedo en la mano. Al fondo un grupo de nobles vela.


Victoria de Fleurus.


Óleo sobre lienzo, 297 x 365 cm.

Artista: Vicente Carducho.

Fecha: 1634.

Museo del Prado.


A la izquierda en primer plano se puede observar a un soldado de los Tercios que portando su espada al cinto, emplea en el cuerpo a cuerpo una daga contra el enemigo; mientras, por encima de este, piqueros, arcabuceros y mosqueteros adquieren pleno protagonismo en el desarrollo de la contienda.


The Guardhouse.


Oleo sobre lienzo, 72,6 x 55,4 cm.

Artista: David Teniers, el joven.

Fecha: 1640/50.

Art Institute of Chicago.


El polifacético pintor flamenco David Teniers recurrió a la parafernalia militar como tema de sus naturalezas muertas a mediados de la década de 1640, cuando el largo conflicto de la Guerra de los Treinta Años estaba llegando a su fin. Aquí, los soldados juegan a las cartas en el interior oscuro de una caseta de vigilancia, mientras un paje lleva las capas de los oficiales. Sin embargo, el tema principal de la obra es la pila de armaduras, armamento y equipo de desfile desechados (una silla de montar, un mosquete, un cuerno de pólvora, una llave de carga y guanteletes) en el primer plano inmediato. 


Sitio de Ostende


Oleo sobre lienzo, 73 x 111 cm.

Artista: Cornelis de Wael.

Fecha: 1560.

Museo del Prado, Madrid.


El sitio de Ostende fue un asedio de más de tres años de duración en el que los tercios del Imperio Español cercaron y conquistaron la ciudad de Ostende (actual Bélgica), defendida por las fuerzas de las Provincias Unidas de los Países Bajos con el apoyo de tropas inglesas, desarrollado en el contexto de la Guerra de Flandes. El empeño de ambas bandos en la disputa por la única plaza holandesa en la provincia de Flandes, hizo que la campaña se prolongase más que cualquier otra en el transcurso de la guerra, provocando uno de los asedios más largos y cruentos de la historia mundial: más de 100.000 personas resultaron muertas durante el sitio. La ciudad quedó totalmente destruida por las operaciones del largo asedio que concluyó con la conquista por los tercios de Ambrosio Spinola. Los objetivos españoles de controlar la plaza, de alto valor estratégico por su situación geográfica desde la que dominaba el Mar del Norte, se vieron frustrados por la conquista holandesa del puerto de La Esclusa un mes antes de la rendición de Ostende. El coste económico de una campaña tan larga y el elevado número de bajas llevaron a los dos bandos en guerra a plantearse la necesidad de una tregua, que se plasmaría cinco años después en la Tregua de los Doce Años.


Wegvoeren van burgers in gevangenschap door Spaanse soldaten, 1567.


Grabado, 49,1 x 59,8 cm.

Artista: Augustinus Jacobus Bernardus Wouters.

Fecha: 1839 - 1863.

Rijkmuseum, Nederland.


Soldados
españoles llevando civiles al cautiverio. La Tribulación por España (título a pie de lámina).


Kaartspelende soldaten


Grabado, 10 x 15,3 cm.

Artista: Bloemaert, Cornelis.

Fecha: 1625.

Rijkmuseum, Nederland.



Tres soldados juegan a las cartas bajo un árbol.


Retrato del rey Felipe II, rey de España


Grabado, 18,9 x 15,1 cm.

Artista: Frans Huys.

Fecha: 1559.

Rijkmuseum, Nederland.


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