Huélamo en el tiempo

HUÉLAMO EN EL TIEMPO.

BREVE REVISIÓN HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICA

Por Pedro Pablo de las Muelas Chico. Arqueólogo. Colegiado CDL-CLM: 1788

El contenido de este breve ensayo trata de sintetizar los contenidos mostrados por el autor durante la celebración de la I Jornada de Patrimonio y Turismo en Huélamo que se llevó a cabo el sábado 13 de julio de 2019, gracias al impulso del Instituto de Estudios Conquenses para el Patrimonio y las Humanidades (IDEC) y el Ayuntamiento de Huélamo, con la inestimable colaboración de Fundación Globalcaja.

 

Para la realización de dicha charla informativa que se vio completada con una visita guiada por el casco urbano de la bella localidad serrana, así como para la redacción de este ensayo , tomamos como punto de partida los datos recogidos en el “Documento de Protección del Patrimonio Arqueológico en el Planeamiento Urbanístico de Huélamo (Cuenca)”, documentación administrativa amparada por la Ley 4/2013, de 16 de mayo, de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, siguiendo las prescripciones técnicas dictadas por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Con el respaldo de este marco legal, dicho documento permite, entre otras cosas, identificar y valorar el Patrimonio Cultural municipal de cara a su protección, conservación y gestión.

 

Así pues, y guiados por esta documentación, debemos en un primer momento, trazar unas notas acerca de la ubicación del casco urbano de Huélamo y su relación con el término municipal que ocupa como entorno inmediato del mismo. De este modo, observamos como el hecho de encontrarse enclavado en el corazón de la Serranía Alta de Cuenca en su vertiente oriental correspondiente a los Montes Universales, dominando el valle del río Júcar desde una altura sobre el nivel del mar de 1316 metros, ha definido en gran medida el desarrollo del proceso de evolución histórica de cuantos grupos culturales se han establecido en dicho término municipal. Será el control de las vías de paso y los recursos disponibles en la zona el hecho motivador de esta ocupación. No obstante, desde lo alto de la peña donde están enclavados los restos del castillo la población se dominan de forma visual hasta 5 vías de comunicación frecuentadas en distintos momentos de la historia como son:

 

   - El “Barranco del Judío”, al norte del término municipal y que sigue dirección NE. Se trata de un camino de montaña transitado de forma masiva desde época medieval al ser el paso hacia el Señorío de Albarracín, ya en el Reino de Aragón, muy relacionado con Huélamo, gracias a la ganadería trashumante y la Cañada de Albarracín que entra en el término municipal de Huélamo, precisamente, a través de este barranco.

 

   - Relacionado con este tipo de ganadería tradicional en los Montes Universales, tenemos la vía principal de comunicación que toma dirección norte y que se corresponde con el primitivo trazado del Cordel de Molina de Aragón. Las mencionadas vías pecuarias se unen al pie del puerto de “El Cubillo”, en las inmediaciones de la “Herrería de los Chorros” para conformar la Cañada Real de Cuenca o de los Chorros que discurre sobre el puente románico sobre el arroyo Almagrero en dirección hacia el Valle de Alcudia (Ciudad Real) y Andalucía.


   - El valle del río Valdemeca supone otra importante vía de comunicación natural en dirección S y E, la cual se encuentra acompañada de una serie de vías secundarias como son las denominadas “Cañada Lagosa” y “Cañada Espinosa”, siendo este conjunto de rutas empleado, al menos desde la Edad del Hierro, para comunicar el valle del Júcar con el del Guadazaón, ya en término de Valdemoro de la Sierra.

 

   - En dirección Oeste discurre una vía que adquiere especial importancia, fundamentalmente, comercial durante la Edad Moderna y Contemporánea al interconectar la zona que nos ocupa de la Serranía con la comarca de La Alcarria atravesando la villa de Las Majadas. El carácter comercial de este camino nos lo determina entre otras cosas el nombre que con el que ha perdurado hasta hoy día, “Camino de Cedaceros”, siendo la vía de entrada de mercancías transportadas procedentes del ámbito alcarreño.

 

   - Por último debemos destacar la más obvia y reconocible de estas vías de comunicación, como es la que discurre hacia el S y es conocida como el “Camino de Cuenca”, que une dicha ciudad con Molina de Aragón (Guadalajara) y atraviesa el término municipal de Huélamo de Sur a Norte siguiendo en la mayoría de sus tramos el valle del Júcar. 


En cuanto a los inicios del poblamiento del término municipal, el yacimiento más antiguo que podemos identificar se remonta al Paleolítico Medio y Superior, el cual corresponde, no propiamente con un hábitat al uso, sino que a juzgar por los restos aparecidos en superficie podría tratarse de un lugar propicio para la talla de herramientas de piedra, ya fuese en sílex o en cuarcita. Se trata del yacimiento de “Peña Rubia”, de difícil acceso, donde se observan en superficie restos de materiales de talla, si bien su precisión cronológica debe tomarse con cautela al aparecer restos de talla lítica asociados a la Edad del Bronce que podrían llevar a error al ojo no especializado.

 

Precisamente, será la Edad del Bronce, el siguiente periodo documentado en el término municipal de Huélamo, a través de yacimientos como la “Covacha de las Grajas”, un complejo de cuevas y abrigos relacionado con el mundo ritual de los pueblos indígenas que habitaron la zona durante la Prehistoria reciente, adscritos culturalmente al denominado “Horizonte Cogotas” por los paralelismos detectados entre los hallazgos en superficie en este yacimiento y los localizados en el cercano de “La Cueva” en Vega del Codorno (Cuenca) y el hallazgo casual de un fragmento de cerámica a mano con decoración incisa a puntos en las inmediaciones de la “Herrería de los Chorros” con unas características tipológicas similares a las de otros adscritos al grupo “Cogotas I”.

 

La Edad del Hierro supone un salto cualitativo y cuantitativo en el poblamiento del término municipal de Huélamo por el número de yacimientos documentados pertenecientes a esta época. Así se han localizado al menos 6 pequeños yacimientos -menos de 1 ha.- que guardan entre ellos relaciones de visibilidad y que corresponden con pequeños “castros” que acogerían a grupos adscritos a la cultura Celtibérica, a juzgar por los paralelismos entre sus características morfológicas y los materiales aparecidos en superficie con los registrados en otros yacimientos del entorno inmediato en términos como los de Valdemeca, Tragacete o Vega del Codorno que nos remontan a un horizonte cultural “La Tène II” y “La Tène III”. Este tipo de hábitat acogería a pequeños grupos de clanes o familias ampliadas integrados en unidades mayores como las tribus que formaban la confederación de pueblos celtibéricos documentada por la historiografía a través de las referencias que nos han llegado de autores latinos.

 

Con estos momentos de la Prehistoria reciente se relacionan los primeros establecimientos altomedievales, los cuales en algunos casos se superponen sobre yacimientos de la Edad del Hierro, siguiendo un patrón observado en otros yacimientos de la Serranía Alta conquense, sobre todo de época califal. De este periodo de dominación musulmana (siglos VIII-XII) contamos con algunos ejemplos de establecimientos de tipo rural en el término municipal que quedan eclipsados por la construcción del castillo de Huélamo en la peña que domina el actual casco urbano y que supone la génesis del núcleo urbano que observamos en la actualidad, ya mencionado por Yaqut y Al-Muqtabis. Adscrito a la familia Ben Zennun de la tribu bereber de los Hawwara, se trata de un castillo roqueño de pequeñas dimensiones, modificado en época cristiana durante su empleo como residencia de los caballeros que formaban la Encomienda de la Orden de Santiago, establecida a fines del siglo XII, hasta su definitiva ruina, documentada hacia 1575.

 

En cuanto a la Alta Edad Media cristiana, destaca el espacio ocupado por la Encomienda de la Orden de Santiago articulada alrededor del mencionado castillo, con numerosas instalaciones dentro del ámbito comprendido entre la muralla y la antemuralla, tales como el hospital o la iglesia, la cual, aunque en la actualidad se puede apreciar una obra datable entre los siglos XVI y XVII, cuenta en su interior con una notable pila bautismal románica, muy probablemente relacionada con los restos de cimentación que se aprecian al exterior del muro que cierra el coro de dicha iglesia. Otros restos de estas fechas, fuera del casco urbano, los encontramos en el puente románico del arroyo Almagrero, cabeza de las maderadas del Júcar y donde la Orden de Santiago cobraría los derechos de pontazgo y asadura a los ganados y mercancías que lo atravesasen valiéndose del camino de Cuenca a Molina de Aragón o de la propia Cañada Real de los Chorros, al ser el único paso N-S en las inmediaciones de la Junta de los Chorros donde se formaba dicha Cañada. Asociado a este elemento contamos con el complejo habitacional e industrial del “Villar de la Serna” donde, a juzgar por las enormes cantidades de escoria de hierro acumuladas, debió existir una serie de ferrerías que transformarían el mineral de hierro en lingotes y posteriormente en herramientas.

 

A propósito de este industria relacionada con el hierro, tenemos que destacar, ya durante la Edad Moderna, las herrerías del barrio del Castillo en el propio casco urbano de Huélamo, así como la imponente Herrería de Los Chorros, con un destacado complejo de canalizaciones para dirigir el agua de las cercanas fuentes hacia las construcciones que albergaban los martinetes, o los hornos para calentar el mineral, así como la impresionante casa en estado semirruinoso que todavía que se conserva con capilla y escudo de armas en su fachada y que data del siglo XVIII.

 

La Edad Contemporánea y el sinfín de sangrientas contiendas civiles que asolaron el país también ha dejado testimonios materiales en el patrimonio arqueológico de Huélamo. Tales como el recrecimiento a base de ladrillo con el que se dota de mayor capacidad al aljibe medieval del castillo durante las Guerras Carlistas del siglo XIX, o la serie de fortificaciones republicanas construidas durante la Guerra Civil Española en Valdonarre como parte de las defensas de la retaguardia del Frente de Teruel. Su trazado y construcción se encomendó a la Agrupación Autónoma de Cuenca formada por elementos procedentes de la Columna “del Rosal”, la 49º Brigada Mixta y sobre todo de la 42 División del Ejército Popular. Tanto esta última como la Agrupación Autónoma de Cuenca estuvieron al mando del Coronel Víctor Lacalle Seminario, que se distinguió al mando de la 12ª División en la Batalla de Guadalajara.

Vista actual de la fachada principal de la Herería de Los Chorros (s. XVIII). Término de Huélamo.

Portal de la casa de los nobles Franco Pérez de Liria (s. XVIII), principal familia de Orihuela. Propietarios en su momento de la Herrería de Los Chorros, importante enclave industrial del hierro en la serranía conquense durante los siglos XVIII y XIX.

Sobre dicho portal podemos observar el blasón familiar que del mismo modo luce sobre la fachada principal de la Herrería.


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